CAPITULO I
EL INCA Y YAHUAR TUTI PASAN SU LUNA DE MIEL EN EL AMARUCANCHA
En la penumbra de la estrellada noche , cuando sonreía la luna y la soledad cantaba en hondo silencio ante el consolador murmullo del rumor del viento, trataba vanamente el inca en su lecho, de que Yahuar Tuti, una bellísima doncella procedente del Collasuyo y recientemente traída del acllahuasi a su palacio del Cusco, le amase con el mismo delirio que él la amaba .
-¿ Qué te pasa? – le preguntaba el inca con un tono dulce y a la vez severo-¿Cuál es el motivo de tu tristeza? ¿ Acaso no eres feliz a mi lado?. ¿ No te he dado todo lo que una mujer puede desear?. Pide cualquier cosa y se te dará. Todo lo que ves y puedas ver es tuyo . Mi imperio pongo a tus pies.-
Al ver que la aclla no contestaba nada, el inca continuó diciendo:
-Tu belleza irresistible, seductora y cautivante , delatan que eres la misma hija del sol naciente y por tu sonrisa de media luna que hoy se ha extinguido en tus mejillas, sin duda mi madre luna también es tu madre y tus hermanas las estrellas.
Eres de origen celestial, la más bella doncella que mi padre el sol mandó para mi desde su palacio de fuego. Todo esto hace que cada palabra tuya sea ley. ¡Mira! - le continuó diciendo- yo con ser inca , como un vasallo tuyo me humillé y aún me humillo a tus pies , a fin de ganar tu amor y así sin darme cuenta , ante ti postrado de rodillas me hallé más de una vez .-
Al ver que en el sombrío rostro de la bella princesa se dibujaba aún la sombra de la más profunda tristeza, adivinó con profunda nostalgia, pero en forma insegura, que ella no le amaba.
Las mejillas de la doncella, ya no sonreían como la primavera, así como cuando la vio por vez primera, ya no sonreían como antes, ya no reían como la rosa que abre su capullo, ya no era la misma, más bien parecía una flor que con la llegada del otoño empezaba a marchitarse . El candor de su rostro y el alegre brillo de sus tiernos y negros ojos, habían desaparecido.
Temiendo lo inevitable y presintiendo el más negro augurio, con dolor de amor, el inca , pausadamente y en voz trémula , casi en susurro, como un moribundo yanacona , continuó diciendo:
- Además te es conocido que el hijo que nacerá como fruto de nuestro amor , será el futuro heredero de mi trono - y casi en voz ahogada y temblorosa como la de un niño en llanto, le dio a conocer una vez más, sus nobles sentimientos - Te amo con locura , así como nuestro padre el sol ama a nuestra madre luna . Te amo con amor eterno y profundo, así como alguien de origen divino puede llegar a amar, con un amor inexplicable, con un amor que no se puede comprender, con un amor que solo se siente, que va aún mas allá de la vida y de la muerte.
Me siento arraigado a ti, como el árbol a la pacha mama (tierra). Para mi la melodía de tu nombre suena a veces triste o alegre , orgulloso o humilde , como el armónico canto de las sagradas aves que en mi negra soledad , pensando en ti escucho .
¡Yahuar Tuti, Yahuar Tuti…! si tan solo tendrías idea de cuanto te amo , de ese amor tan grande que escapa a la dimensión de mis dominios y que se agranda aún más que el basto imperio de mi padre el sol .
Yo que soy como un cóndor agresivo , me siento como una indefensa y cautiva paloma ante el amor que siento por ti , que es como una águila real que me tiene preso en sus garras .
Tu belleza va más allá que la hermosura del conderquenque .Tu mirada es más aguda que el águila y más tierna e inocente que la mansa paloma . Tus ojos son oscuros como la noche sin estrellas, pero con luceros en cada una de ellas. Tu lozano y terso rostro es más fresco que las suaves, delicadas y exóticas flores que en el jardín de mi palacio existen .Tu fragancia de mujer , es más fragante aún que las flores de los campos .Tus cabellos negros , cuando reina la noche a la luz de la luna , resplandecen como hebras de plata , incrustados con las negras plumas de los cuervos .Tus labios con sabor a fruta prohibida o silvestre, parecen dos fresas maduras y escurridas que esperan que otros labios lo saboreen .
Tu voz escucho como el susurro de las aguas de un manantial que no acierto a saber de donde viene .Tu canto escucho como la música oculta de la soledad nocturna que parte desde lo más profundo de la cordillera de los andes , mezclado con el rumor del viento .Tu voz , tu canto ¡todo! me parece al murmullo del viento , más que eso , la voz de aquella mujer que me habla en mis sueños .
En las oscuras y tenebrosas noches , llenos de soledad y melancolía , mis ojos solo brillan de felicidad , si tú me sonríes , si tú me miras , si tú me amas, si estás junto a mi como ahora y entonces me siento el más poderoso inca , guerrero , valiente , incansable , roca ante las adversidades , cóndor ante el abismo de la desesperación y de los pesares , puma ante el enemigo , serpiente ante los traidores y tierna paloma en tu amoroso pecho . Pero en solo pensar que no me amas , me siento como el más desdichado yanacona y ante el fiero enemigo , sin librar batalla , derrotado , abatido y ante el imperio , inca sin pueblo , sin ley .
Llevar una vida sin sentido es peor que la muerte . Eres como una paloma que perdió su nido y a su amada . Si solitario observo los extensos y profundos valles , más la oscuridad que la baña , me llenan de infinita nostalgia , miedo de no tenerte , me siento como un tímido niño que perdió a su madre en medio de la oscuridad absoluta .
Cuando contemplo las elevadas y majestuosas cordilleras teñidas por la luz de la luna , escucho pavorosos ruidos que de ellas provienen , tras descomunales derrumbes , semejantes a rugidos de misteriosas criaturas , mezclado con el terrible estruendo del serpenteante río Huatanay , que se desliza como el vómito de un horrible monstruo que amenaza inundar las sementeras.-
Se dejaba oír el lánguido canto de un triste grillo , como los dolorosos quejidos de un ser que sufría , como si para siempre hubiese perdido a su amada . Casi en balbuceos y en ahogada voz , el inca terminó diciendo:
- Yahuar Tuti … ¿me amas? . ¿Eres feliz a mi lado? -
El inca la miraba fijamente , mientras ella bajaba la mirada , tristemente .
Se empezaron a nublar sus negros ojos , como cuando el cielo oscuro se cubre de neblinas. Gruesas lágrimas rodaban por las mejillas de la doncella , como cuando llora la noche en temporada de cruel invierno y la lluvia , en rocíos , resbala en torrenciales gotas , desde los follajes hasta los verdes prados .
Los ojos del inca , brillaban de tristeza , como los ojos de las más solitarias y desamparadas llamas de las punas . A través de la ventana , la luna iluminaba con su fúlgida y radiante luz , la belleza de la aclla. Sus empañados ojos negros , de un tristísimo apagado brillo , reflejaban el dolor de su alma , un dolor que hasta entonces el mismo inca desconocía .
Sus sonrosadas mejillas se asemejaba a una rosa bañada excesivamente por la lluvia. Sus labios rojos como las ascuas del fuego, brillaban como en una noche de entierro a la luz de las antorchas encendidas al rojo vivo y resplandecían por la luz plateada de la luna , como altar en sacrificio al dios sol para que irradie nuevamente .Sus sensuales labios temblaban provocativamente , pero a la vez se mostraban esquivos. Su larga cabellera oscura se asemejaba al oscuro manto con que se cubre o abriga la noche, que matizado con la luz de la luna daba un raro colorido . Aquella noche había algo en su belleza triste que la hacía más divina , más tierna y deseable , despertando la más loca ansiedad hasta el mismo punto del mas agonizante delirio , tal vez era por el difuso halo de la sonriente luna que la envolvía como una madre cubre de vaporosos velos blancos a su hija que va a casarse .
Mientras el viento dormía en su gruta durante aquella tibia noche , bajo la metálica luz de la luna , las neblinas la envolvían como a una recién nacida , dejando ver difusamente , la perfección de su voluptuoso cuerpo que yacía desnuda en el lecho del inca .
Era la primera y ansiada noche de amor que el inca pasaba con Yahuar Tuti, compartiendo el mismo lecho en el palacio real , después de que fuese proclamada por el imperio como colla , mujer legítima del inca , a pesar de que no era su hermana de sangre , sino una princesa de una tribu vencida .
Ante el ininterrumpido y avasallador silencio que reinaba y que al pasar los minutos , se hacia cada vez mas cruel , sin ante el menor indicio de que por lo menos ella volvería a interrumpir el silencio con su llanto ; se levantó el inca con la mirada grave y turbada , como la de un moribundo puma , echando a un lado los finos y adornados mantos de vicuña , que hasta entonces ocultaba en parte su musculoso y robusto cuerpo .
Sus involuntarios y espontáneos gestos , pedían una explicación , el porque de su tristeza .Con su profunda y penetrante mirada , alerta a captar el mas leve movimiento de ella , quería desentrañar el misterio , el secreto que le ocultaba y el porque no se atrevía a revelarle. Pero al mirar percibió con tristeza , que ella seguía recostada como una estatua inmóvil , sin intentar siquiera mover levemente los labios , ni el más mínimo movimiento de su femenino cuerpo .
Solo un ruido horrible , inesperado como el rugido de un dragón , sacó de su callado enajenamiento a la bella doncella , quien exhaló un leve grito de espanto . Era el estruendo sonoro de un repentino relámpago , cuyo fulgor alumbraba a intervalos de tiempo , el desnudo cuerpo del inca , quien yacía de pié frente al blando lecho , aún contemplando inmóvil a Yahur Tuti .
El viento se había despertado con el fiero ruido y salía nuevamente de su gruta . El cielo empezó a llorar como una niña resentida . Las densas neblinas blancas que cubrían la noche , empezaban a dar paso a las nubes negras .Tal vez el cielo lloraba por el inca y en la profunda melancolía que lo hería .
En la mente del inca , se enfrentaban en indecisas y encarnizadas luchas, sobre que hacer con ella a esas horas . Por un lado pensaba , ya que no accedía ella a su propuesta , ni a su más metódico arte de seducción , como inca , tenía el poder suficiente de matarla con sus propias manos o mandar que la decapiten sin que nadie objete su orden. Pero por otro lado estaba su amor que sufría , que clamaba , que la adoraba , que no podía vivir sin ella y que no sería capaz de tocarla contra su voluntad , ni siquiera un cabello , ni menos una pluma que adornaba a su frente.
Al fin resolvió el inca , que no haría uso de su poder real , de su fuerza bruta , para consumar el acto íntimo que lo transportaría por un breve instante al mismo palacio de su padre el sol . Pensó que lo mejor sería , que al transcurrir el tiempo , con un benigno trato , nacería en ella ese mismo amor , que ahora al inca lo hacia sufrir y que latía constantemente en su pecho , cada vez con más intensidad . De esta manera la bella no se le entregaría por temor, sino por amor . Si , con ese dulce amor que despiertan y que saben amar las acllas a un amor correspondido .
El inca se recostó nuevamente en el lecho , acariciando suavemente el virginal cuerpo de Yahuar Tuti , a la vez que con uno de sus manos, hacía que las finas mantas que estaban desordenadamente hacia un costado , les envolviese completamente .
Con el corazón latiendo incesantemente, el inca se acercó lentamente, como un puma a su presa , hasta rozar el desnudo cuerpo de la aclla , quien se estremeció en silencio .
- ¡ Mírame ! – le dijo a la bella , con voz firme e imperativa , quien hasta entonces le daba la espalda .
Ella volteó su rostro y su cuerpo , casi al mismo tiempo , pero temblando .
- No te preocupes – le dijo el inca – no quiero forzarte a hacer algo que no deseas , pero por lo menos apiádate de mi , que solo amarte es mi delito y la honda tristeza mi martirio . Solo deseo , aunque sea por un momento , que te duermas en mis brazos para darte mi calor en esta noche fría –
Los negros cabellos sueltos y parcialmente despeinados de Yahuar Tuti, le tapaban parte de su bello rostro . Bastó un leve y afirmativo movimiento de la cabeza de la aclla , casi por compromiso , para que el inca lentamente la estrechase contra su musculoso pecho .
Con estremecimiento , sus mejillas rozaron con las suyas, hasta que sus labios busquen instintivamente a sus femeninos labios y al dar con ellos empezó a besarlos desenfrenadamente , pero al no hallar respuesta que correspondiera a sus besos y que en lugar de ello encontraba unos labios mudos , inmóviles , como las de una muerta , el inca se conformó por esa noche , en que ella le ofrezca sus redondas , frías y curvas nalgas , durmiendo dulcemente en su regazo , así como él dormía en el regazo de la noche .
El canto de un ave que revoloteaba por la ventana que daba frente al jardín imperial, despertó bruscamente al inca , quien así ningún súbdito se había atrevido , ya que perdería la vida en ello . Al abrir los ojos y ver entre sus brazos a una bella mujer , completamente desnuda , le desconcertó por un momento , pero fue solo cuestión de unos segundos , para recordar el pasado , para recordar quien era ella y porque estaba a su lado .
Yahuar Tuti aún dormía plácidamente , aunque con la frente ligeramente contraída , quien como las líneas de Nazca , revelaban un misterio , que el inca no podía descifrar. Si , un misterio que camuflaba su hondo sufrimiento .
El inca se encontraba ante unas delineadas cejas , ante unas negras pestañas largas y arqueadas y ante unos cabellos oscuros como la noche , cabellos que amorosamente acariciaban su desnuda cintura estrecha como el de una avispa y por otro lado , poéticamente caían con cierta belleza , ocultando en partes sus sonrosadas mejillas que brillaban a la luz del alba , como humedecidos pétalos de rosas cuajadas de rocíos , después de una tormentosa y torrencial noche llorona . Sus labios rojos invitaban irresistiblemente a ser besados .
El inca se hallaba mirando con enamoradizos ojos a aquella belleza dormida. De las plumas que llevaba en la frente , una estaba estrujada y la otra tal vez debajo de su bello cuerpo .
El inca pudo contemplar minuciosamente a esa belleza dormida , aquella belleza que lo hacía sufrir , que no lo dejaba dormir , causa de sus más agonizantes insomnios de amor , con excepción de esa noche. Verla a si tan bella , inocente y pura , bastaba para enamorarse perdidamente de ella y para llegarla a amar así como la amaba el inca . Sin resistir más tiempo , de limitarse solo a observar , le dio un beso en sus mejillas . Ella abrió los ojos lentamente , así como cuando el lucero de la noche se abre paso entre las nubes . Sus desconcertados ojos negros , ante la sonriente mirada del inca , por el recuerdo espontáneo de la noche pasada , hallaron respuesta . Fue entonces que se notaron a la luz del día , sus ojos hinchados por el llanto y sin luz en las pupilas , denotando que había sido víctima del más espantoso insomnio .
Al ponerse de pié el inca , con el objetivo de vestirse , dejó al descubierto la desnudez de su musculatura de pie a cabeza . Se ruborizaron las mejillas de Yahuar Tuti , quién pudorosa se cubría hasta el cuello con los mantos , a la vez que desviaba la mirada.
Por entre las cumbres de las montañas del Machu Picchu , como el lobo, el viento aullaba , meciendo los arbustos y los ichus de las lejanas punas .
Como un príncipe enamorado , el sol iba saliendo , derramando amorosamente su luz tornasolada sobre la naturaleza que despertaba. Pero antes de ello , ante el anuncio de un nuevo día , por las aves , como puntuales y madrugadoras pregoneras de la aurora , los sirvientes ya se habían despertado y diligentemente trabajaban .
El calor solaz se hacía más intenso a medida que la estrella de la mañana iba creciendo . Las sombras de la noche habían huido . La noche dormía en la otra parte desconocida del mundo . El cielo estaba límpido , azul intenso , libre de nubes que cantaban la pureza del cielo . Las aves revoloteaban de alegría surcando el cielo , jugueteando en bandadas unas con otras . Ante el dorado metálico del sol ardiente , la variedad de sus coloridos plumajes , brillaban como móviles espectros de arco iris.
Los verdes y floridos prados estaban cuajadas de abundantes rocíos que se escapaban de entre los pétalos para caer sobre el verduzco suelo que sediento lo absorbía . Desde los follajes , desde las flores que se confundían con las mariposas , la paz inquieta renacía , era la vida que devolvía esperanzas a los que habían perdido la alegría .
Las sementeras regadas por los dioses del cielo , prometían abundante cosecha . Las argentinas aguas del río Huatanay , dividían a la ciudad en Anan y Urin Cusco , retumbando de alegría al caer por las cascadas .
En un rincón del cuarto lujosamente adornado , se encontraba de pié una llama disecada , a manera de guardarropa , donde el inca cogía y se ponía las prendas de vestir, una por una .
El soberano se puso una camisa ( uncu ) que le llegaba hasta las rodillas , hecha de primorosos colores , bellamente bordado y adornado con piedras preciosas . Esta prenda era como una túnica larga , con abertura en el cuello y en los brazos . Luego se puso la Yacolla , que era un manto largo , atándolo en el hombro izquierdo , de modo que le quedase libre el brazo derecho . Aquel manto , con el más leve movimiento , se mecía majestuosamente , rozando sus pantorrillas. Luego se ciñó la Wara e inmediatamente se sentó sobre el lecho para ponerse las sandalias o usutas hechas de cuero y de lana blanca de camélido , que estaban desordenadamente debajo de la cama . Ató rápidamente sus calzados , mediante cordones , al tobillo y al empeine .
Se puso de pié soberbiamente , como lo hacen los de la estirpe de Manco Capac , primer hijo del sol . Fijó la mirada sobre una mesa de oro macizo , que chispeaba relumbrando mil esplendores a la luz del sol . En aquella mesa descansaban los pesados pendientes de oro , incrustados con turquesas y esmeraldas , los cuales se los enganchó hábilmente en el lóbulo de sus orejas . También tomó el símbolo de distinción y nobleza , la roja borla imperial , “la mascaypacha” , que luego caía soberana e imperativamente sobre su adusto frente , en cuatro cordones , representando a los cuatro suyos , únicas en el imperio y de máxima distinción real . Esta borla roja pendía de un finísimo llauto de cuatro colores , que a manera de turbante , envolvía su excelsa cabeza de real soberano , representando al imperio del Tahuantinsuyo . Sobre su frente se alzaban , como queriendo alcanzar el cielo o apuntando a la celestial morada del padre el sol, dos hermosas plumas , procedentes de un misterioso pájaro sagrado llamado Korekenke . Sujetando estas plumas , llevaba en alto y bajo relieve , una placa de oro que tenía esculpida vivamente la real imagen del sol .
Después de ponerse , inmediatamente constató si se había ceñido bien sus adornos y distinciones , mirándose sobre un espejo de agua, contenida en una tina de oro que se hallaba sostenida por una mesilla de plata .
Después de lavarse el rostro y las manos , alzó la mano derecha hacia la pared de piedra labrada , sacando solo el cetro real o Huamán Champú (signo de su autoridad y poderío ) , que estaba colgado junto a un escudo , a una porra , a una hacha de oro , a una lanza de plata y a un juego de flechas, finamente talladas .
Una vez preparado , avanzó unos pasos hacia el lecho y dirigió una mirada acusadora a Yahuar Tuti , quien callada y en la misma posición , con el cuerpo cubierto por algunos mantos , se hallaba recostada en el lecho , mirándole tímidamente .
A la luz solar , brillaban empañando toda vista humana , el pecho y los hombros del inca , recubiertos por láminas de oro , con representaciones de la imagen del sol y de un puma sagrado , como reales emblemas .
- Levántate paloma – le dijo tiernamente – Hoy deseo que me acompañes a recorrer en anda , el imperio –
La indígena hizo un movimiento afirmativo con la cabeza , pero continuaba como antes . Comprendiendo el inca que la bella aclla deseaba privacidad para vestirse , añadió :
- Te esperaré en el jardín real – y salió , desapareciendo por la transversal puerta secreta .
Segura en su soledad dorada , Yahuar Tuti dejó al descubierto su bello cuerpo y presurosamente empezó a vestirse . Sus ropas que colgaban de la baranda de la cama , empezaron a cubrir su cuerpo , una a una .
El anaco(u) , parecido a una sotana sin mangas , cubría pegadamente a su femenino cuerpo , desde el cuello hasta los pies , revelando lo escultural de su seductora figura , de tal manera en quien la veía , se despertaba unos irresistibles deseos de amarla .
La lliclla o manto que cubría su espalda , ocultaba lo delineado y el contorno frágil de su cintura , cuyas dos puntas se unían con prendedores de rubíes en el pecho, ocultando su acusadora voluminidad . Solo al ajustar en un nudo , el chumpi , faja larga , por la parte delantera dejaba ver su avispal cintura .
Una vez que sus pies calzaron las ojotas , delicadamente puso las plumas en su frente, que por acción de la gravedad se inclinaban retorcidas .
Se lavó el rostro en la tina de agua , obteniendo de ésta , frescura y lozanía , dejando en cambio un sabor salado , que no eran más que las lágrimas secas en sus mejillas.
En seguida contempló brevemente el desconocido cuarto , porque fue a altas horas de la noche anterior , que por vez primera ingresó al real cuarto del inca .
Las paredes empedradas , perfectamente talladas y pulidas , no tenían nada que envidiar a los demás palacios y fortalezas . El piso al igual que las paredes , demostraba el alto grado de desarrollo alcanzado por una pujante raza de origen desconocido , solo explicado por dudosos mitos y leyendas , una raza que amoldaba a las piedras como cuando un cuchillo corta en bloques cuadrados a una manteca de llama .
El techo era de madera tallada y pulida . Una infinidad de objetos y vasijas de oro y plata , repujados finamente , en alto y bajo relieve , con incrustaciones de piedras preciosas de los más diversos colores y formas , adornaban la recámara del inca .
Las mesas de oro puro se reflejaban relucientes como constelaciones de soles , ante la luz solar que ingresaba por la ventana .
Al lado del lecho que se hallaba en un ángulo del cuarto , se sostenía en pié , un hermoso cántaro policromo (arybalo) , decorado con figuras geométricas que adornaban su curva superficie en forma exagerada .
Los mantos más finos , envolvían la mayor parte de los asientos de oro macizo , que se hallaban estratégicamente colocados . Estos asientos brillaban , chispeando rayos de luz , por donde los mantos no llegaban a cubrir .
Junto a la llama disecada , pudo descubrir nueve vicuñas disecadas y una alpaca de oro puro en tamaño natural que también servía como guardarropa . Sobre cada uno de ellos, colgaba exageradamente la más amplia variedad de finas capas , yacollas , uncus , tocapos (cinturones) policromos y monocromos , esperando ser usadas .
Al lado derecho de la puerta del cuarto , relucía desafiante , imponiendo respeto , un disco del sol , que al reflejar la luz dorada de la bola de fuego del cielo , impedía que una mirada humana le mire fijamente , empañando a la vista .
Hacia el lado izquierdo se hallaba un disco plateado de la madre luna , que a la luz del sol brillaba en perlinas luces . Su presencia menos severa , inspiraba confianza y un aire de amor maternal .
La dulce imagen de la bella aclla , convertida en colla , cruzó la puerta por donde había salido el inca . Descendió unos empedrados escalones, cruzó un estrecho pasadizo y llegó perdida a un recinto , cuyas paredes enchapadas de plata , también relucían por la luz solar que ingresaba por las ventanas . Un disco más grande de lo que había contemplado , se dibujaba en el amplio salón . La regia y soberbia imagen del sol, dilapidaba áurea luz , pero no fue motivo suficiente para empañar en la mente de la colla , que estaba perdida en el interior del palacio imperial . Solo una mano que se apoyó sobre su hombro derecho , le sacó de sus cavilaciones y pensamientos , con un leve grito de sorpresa . Rápidamente volteó la cabeza hacia atrás para ver quien era . Era el inca, quien amorosamente la miraba con una sonrisa burlona en los labios .
- ¿perdida? – le interrogó el inca , riéndose a carcajadas – creo que es necesario que posterguemos nuestro viaje por la capital y por todo el imperio, ya que deberías conocer primero tu nuevo hogar , mejor dicho nuestro nido de amor , paloma mía –
Al parecer estas palabras ruborizaron las mejillas de Yahuar Tuti , pero los ojos del inca , esta vez no le miraron fijamente , sino a la vez que le hablaba, contemplaba distraídamente a Chaupituta , su primo-hermano quien salía con una honda en su mano .
- ¿Te parece bien mi propuesta?- le interrogó el inca , pero esta vez mirándole fijamente –
- Se hará como su realeza mande – contestó con voz temblorosa y bajando la mirada .-
- Por fin hablas – le dijo el inca – Por un momento llegué a pensar que eras muda…Pero ... ¿Cuál era el motivo de tu prolongado silencio , ayer en la noche?-
Sus desconcertadas pupilas , vacilaron un momento y sus labios se entreabrían , sin pronunciar palabra , tratando de dar una explicación.
Al comprender su desconcierto , sonriendo el inca le dijo :
- No te preocupes , ven , te mostraré toda la suntuosidad y pompa de mi palacio –
Y tomándola de la mano , se dirigió hacia un amplio salón dorado , para contemplar con ella el esplendor de sus fabulosas riquezas que adornaban el palacio.
El personal de servicio , acudió ante el llamado del inca , quien manifestó a Yahuar Tuti , la función que desempeñaba cada uno de ellos y que de allí en adelante obedecerían también las instrucciones de la colla . A una señal del inca , todos desaparecieron , volviendo inmediatamente a sus respectivas labores .
Luego de haber sido esplendorosamente servidos sobre una gran mesa de plata , el inca y la colla , desayunaron una suculenta comida , consistente en papa sancochada , camote , cancha y shacua , con un tazón de leche de llama . Al concluir el opíparo desayuno , los reyes continuaron el recorrido previsto.
El ornamento lujoso de la casa real , mostraba la riqueza y la magnificencia del soberano . Los cuartos , los laberintos , los pasadizos, los baños , fueron en extremo pulidos y luego bellamente decorados . Al costado de cada puerta que daba acceso a otro cuarto , estaban de pié un guardia .
Los aposentos reales estaban enchapados con planchas de oro y la cocina con planchas de plata . Adornaban en determinados lugares del palacio , estatuas de personas , aves, peces , fieras , perros y camélidos, todos hechas de oro y plata .
En los muros del jardín del palacio , lucían colgados o incrustados, hierbas , plantas , flores de oro y plata , de modo que pareciesen naturales . Además de lagartijas , mariposas , ratones y cuyes tallados magistralmente, se divisaban serpientes de plata , con tan fino acabado, que parecían que reptaban , subiendo o bajando del muro . En el patio se pudo observar una vajilla de oro y los grandes tinajones donde se bañaba el inca , así como el anda enchapado de oro puro .
Al llegar al trono real , se pudo observar el asiento del inca , que era de oro macizo . En la cocina se pudo ver a las viejas cocineras, asistidas por diligentes doncellas, quienes lavaban las vasijas de oro y plata , keros , jarras y cántaros de barro cocido .
A medida que los reyes bajaban por una escalinata , se hacía más claro la luz del día , es que salían por la puerta principal del palacio , seguidos por algunos cortesanos designados para el caso , un amplio grupo de guardaespaldas , con veinte jóvenes que llevaban el anda . Estos anderos se detuvieron y bajaron el anda a ras del suelo , para que los soberanos pudieran subir y viajar sentados .